lunes, 13 de abril de 2015

La lucha



Hoy os traigo una entrada diferente, no lo voy a hacer a modo de reseña, sino a modo de reflexión personal tras leer el libro. 
Este fin de semana estuve en un encuentro literario en Valencia. Allí conocí a Samy S. Lynn la cual me habló de sus hijos y de su lucha. Movida por lo que me contó cuando llegué a casa no puede no coger el libro La lucha y leer todo lo que habíamos estado hablando en la comida.
Samy, tiene tres hijos, Abel, Alex y Zeus. Los dos mayores tienen TDAH y además, Alex tiene Sturge Weber, una enfermedad de las denominadas raras. El libro de La lucha narra la historia de una madre que ve como sus hijos son avasallados por compañeros e incluso profesores. Cuando Abel empezó el colegio pronto empezó a sufrir acoso escolar, y como el colegio no hacía nada al respecto, tuvo que cambiarlo de colegio. La pesadilla que creían haber dejado atrás, no había hecho más que empezar, ya que cuando empezaron en el nuevo colegio, empezó de nuevo el acoso a Alex y Abel. ¿Por qué? Pues sencillamente porque eran diferentes al resto, o así se lo hicieron creer tanto los compañeros e incluso las tutoras. Me ha sorprendido la pasividad de dichos colegio frente al acoso y derribo sufrido por estos niños. Lo que más me ha llamado la atención ha sido que el hijo menor con cinco años de edad les dijera a sus padres que no quería volver al colegio porque veía lo que les hacían a sus hermanos mayores y no lo podía soportar. 
Sé que posiblemente, esos dos colegios por los que pasaron sean casos aislados y que no todos los niños sufren así, yo por lo menos en mi período escolar no recuerdo casos y no quiero generalizar, solo hablo de la historia real que cuenta Samy. Pero, lo que más me ha descolocado es que los padres y las autoridades tienen muy limitada su actuación, sobre todo, si los agresores son los profesores. Dado que si el colegio no abre un expediente, las autoridades pertienentes no pueden hacer nada, y la verdad que eso debió ser de lo más frustrante para estos padres. Además, creo que tuvieron muy mala suerte con los padres de algunos alumnos y con dichos centros en concreto, y espero que de ahora en adelante, ya que han podido cambiar de colegio, les vaya todo bien a sus hijos y tengan una feliz vida escolar.
Os recomiendo la lectura porque podréis ver la desgarradora historia de esta madre que tuvo que soportar que a su hijo, tras tener una crisis, lo tuvieran mojado horas en una clase sin que hiciera nada el colegio. Además de hacer una crítica social Samy en este libro, Samy te hace parar y recapacitar sobre el día a día y el trato a los demás.
A parte del libro me gustaría hablaros de Alex. Cuando nació le diagnosticaron Struge Weber y aunque había una posibilidad de que no se desarrollara la enfermedad, no ha tenido esa suerte. Alex ha estado entrando y saliendo de los hospitales, y su enfermedad empeoró como consecuencia de las vivencias sufridas. Alex, tiene el nervio óptico dañado y tuvieron que operarlo de glaucoma. La enfermedad avanza rápido e incluso tiene eventuales parálisis en sus extremidades.
En España, tiene muy limitadas las posibilidades de curación y Samy y su marido han encontrado un hospital en Londres y Alemania que podría ayudar a Alex. Pero claro, todo esto tiene un coste y desde aquí os animo a que colaboréis con ellos ya que necesitan de nuestra ayuda.
Os dejo la página de Alex para que veáis como ayudar http://todosconalex.org/index.html
Yo desde aquí os animo a que ayudéis leyendo. A continuacións os detallo alguno de los libros que destinan sus ganancias al tratamiento de Alex. Además todos los que sean de Samy S. Lynn, podéis poneros en contacto con ella para más información.

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